Like a child.

Nada es para siempre, y de eso me dí cuenta una noche cualquiera mientras te miraba esos ojitos rojos, y te escondías detrás de las farolas jugando como niños. La verdad de todo es que ya no somos niños, y de que esa sonrisa que consigue hacerme estar en la cima poco a poco se irá perdiendo entre caras largas y apretones de mano.

Lo cierto de todo es que me siento orgullosa de ti, de cada uno de tus avances, de tus porqués y de tu amor incondicional. Sabemos que hemos avanzado, pero el pasado está ahí, para tirar de él en los momentos que valga la pena recordarlo; Siempre.

Ahora que temo por la luz de tus ojitos rojos, esos que a ratos parecen vivir, y que a ratos se apagan y se pierden en la inmensidad, me gustaría que supieras que aunque pronto solo seré un recuerdo del pasado puedes recurrir a ese recuerdo como motor... quiero que sepas que puedes seguir tirando del hilo, yo nunca dejaré que se rompa.

Vivir muriendo...

... vivir corriendo. Y es que pensamos que no tenemos cinco segundos para mirar atrás y caer en la cuenta de que pensamos que la vida es tal cual la estamos viviendo, a prisas, como egoístas o como hipócritas. Me gustaría que muchas de las personas que están a mi al rededor se parasen a pensar en como están a día de hoy sus prioridades, que se miren al espejo o que echen un vistazo a su interior a ver que opinan de sí mismos para hablar entonces de autocrítica y no de echar pestes hacia los demás. Me gustaría que me dijesen porqué es tan importante un regalo a tu novio o a tu novia que valga millones, porqué es tan importante guardar las apariencias o esconderte tras alguien que no eres, porque no son ellos al fin de todo, son otra mas de sus mentiras que se acabarán creyendo. Tal vez yo no tenga razón y ellos estén aprovechando más su vida que yo la mía, o tal vez sea que al no querer ser como ellos me he ido quedando sola odiando estas fechas... camarero, otro Bourbon!.

Are we humans?

Estamos contaminados, podridos de pura ignorancia, de creer que necesitamos de armas para combatir cosas que nosotros solos hemos creado. De nuestra sed de poder y nuestro afán de superioridad ha nacido la guerra, hemos tomado vidas de otros a los que llamamos enemigos para festejar victorias, y eso no es mas que un signo de esa ignorancia que se ha filtrado por cada uno de nuestros sentidos olvidando por completo de que somos personas y que, compartir es tan simple como poner en las manos de alguien que no tiene, algo que también le pertenece, algo que es de todos. Entonces caemos en la cuenta de que las propiedades no existen, por eso debemos ir mas allá de todo ese afán de dominio y superioridad para poder amar, para poder ser libres.

A Héctor Cárdenes, One Love.