Sometimes.

No me gustaba esperar, pero ese día esperé y esperé y las horas me dejaron la piel sin huesos, esperando. Me arrodillé desquiciada frente a la pared blanca y arranqué pedazo por pedazo todo el ego hasta llegar a lo nuestro y después te encontré, y debajo de la humedad me encontré a mi misma mas olvidada que siempre, mas expectante que nunca.

Entonces, después de jugar ese duelo de miradas con esta pared de vacío llamaron a la puerta y un regalo traído de otro, por tus manos, me trajo de nuevo a la realidad.

En un sobre una cinta de vídeo, con un matasellos de aquel otro mundo en el que te habías quedado sin vueltas hasta próximo aviso. Me senté con la nariz pegada al televisor y apareciste mirándome de frente, como si en realidad pudieras verme, y respiraste hondo atrayéndome con una mano hacia ti y haciéndome de pronto detenerme en la distancia justa, para solo mirarte sin hablar mientras tocabas desde tus ojos hasta tus hombros, con la otra mano escondida en alguna otra parte, mas en el fondo, mas conmigo que a tu lado

Y así estuviste detrás de mi pantalla, y así me dejaste, muda. Con una imagen fija de tu reflejo en mis ojos, tocándote, tocándome, sin dormir. Siempre viva sin olvidar el olvido, siempre muerta pensando en el regreso.